Las Técnicas y los procesos productivos artesanales
El régimen de producción artesanal es un esquema de manufacturas intensivas en mano de obra, donde la producción de baja escala productiva crea un producto heterogéneo durable, el artesano es una mano de obra altamente capacitada pues hacía íntegramente el producto, por sofisticado que fuera. Aquí la empresa no ha logrado organizar su producción y trabaja al ritmo del trabajador. Las técnicas de producción están diferenciadas según cada trabajador, donde los instrumentos de trabajo son muy elementales, no existe mecanización o maquinación alguna, sino se habla de herramientas de manipulación y destreza de la mano de obra. Los insumos más elementales en el proceso de producción, aparte de la mano de obra son el acero y el carbón, donde las condiciones de trabajo son muy precarias y altamente riesgosas, improvisadas propiamente. La jornada de trabajo es extensiva pues el artesano trabaja según sus hábitos y costumbres y al ritmo que el desea. El producto se hace manualmente y es por tanto una producción muy onerosa, de baja escala productiva y lenta.
El trabajador libre mantiene un acuerdo de palabra basado en la honorabilidad de las partes contratantes y bajo chantaje moral de honestidad e integridad. Normalmente el lazo entre el empleador y el empleado llega a lo afectivo por lo que los compromisos son más que legales, morales. La prestación labora como las garantías de las partes contratantes no están definidas y se dan con base al nexo afectivo entre las partes y bajo chantaje moral. Hay valores laborales como la honestidad, lealtad, discreción, formalidad, respecto, principalmente. El contrato social es verbal y moral, no legal. De hecho las garantías laborales están en función directa al encasillamiento o cautiverio de la mano de obra en la empresa, las mismas que son muy modestas, el crédito del empleador a sus empleados es normalmente la principal prestación y es la base de establecer un lazo casi indisoluble del trabajador con su empleador. Literalmente no hay previsión social, no existe seguro ni de desempleo ni de seguro. Las personas trabajan hasta su último hálito de salud, la mendicidad condena a los incapaces.
La técnica de producción es de tradición o costumbre y varía de artesano en artesano, la destreza es más una facultad humana que tecnológica. Las relaciones industriales son de largo plazo, incluso heredables. Los factores productivos son univalentes y básicos. La mano de obra también es monovalente o univalente basada en oficios integrales. La tecnología es mínima y hay poca tecnología toda ella de tipo mecánica. La capacitación se da en el taller sobre la marcha, y los oficios se aprenden y reconocen por mérito. El peonaje es libre y lentamente el destajo es sustituido por la proletarización de la mano de obra. El empresario es independientes, dueño de su empresa.En este esquema la mano de obra no observa movilidad alguna, es una producción muy local. Por otra parte, bajo la óptica liberal se concibe al trabajo como objetivo, esto es, como una actividad creadora o transformadora de bienes tangibles. Hay un concepto del trabajo como una actividad dignificadora. En este esquema las principales actividades económicas son propias del sector primario, y la transformación es rudimentaria: manufacturas calificadas como artesanales. Por ello la vocación industrial primaria le confiere a la comunidad su carácter rural, de hecho la producción es dominantemente rural y el comercio se concentra en las localidades grandes donde inicia lo urbano, el desarrollo urbano es incipiente. El proceso de producción subsume a la circulación y la regulación del Estado en toda transacción económica es nula, solo existe el carácter punitivo ante el robo, el engaño o el incumplimiento. Es la era de la displicencia productiva.Hasta aquí están citadas todas aquellas características que en el régimen de producción artesanal están dominadas por la empresa, ahora deben revisarse aquellas que fuera de la esfera de la producción las domina el mercado, la esfera de la circulación.Debe considerarse que el mercado de la empresa es local, o en su caso regional, pero no tiene un alcance nacional, mucho menos internacional. En el mercado domina la competencia casi perfecta pues el productor normalmente es un tomador de precios, y en el caso de las factorías más grandes se tienen mercados oligopólicos, pero solo para el caso de empresas que rebasan el mercado local y llegan a lo regional. En el mercado laboral domina el trabajo doméstico y a domicilio. La especialización de la producción es en razón de atender las necesidades más básicas y fisiológicas de la existencia humana lo que le da un carácter muy objetivo tanto a la producción como a la circulación.
El trabajador libre mantiene un acuerdo de palabra basado en la honorabilidad de las partes contratantes y bajo chantaje moral de honestidad e integridad. Normalmente el lazo entre el empleador y el empleado llega a lo afectivo por lo que los compromisos son más que legales, morales. La prestación labora como las garantías de las partes contratantes no están definidas y se dan con base al nexo afectivo entre las partes y bajo chantaje moral. Hay valores laborales como la honestidad, lealtad, discreción, formalidad, respecto, principalmente. El contrato social es verbal y moral, no legal. De hecho las garantías laborales están en función directa al encasillamiento o cautiverio de la mano de obra en la empresa, las mismas que son muy modestas, el crédito del empleador a sus empleados es normalmente la principal prestación y es la base de establecer un lazo casi indisoluble del trabajador con su empleador. Literalmente no hay previsión social, no existe seguro ni de desempleo ni de seguro. Las personas trabajan hasta su último hálito de salud, la mendicidad condena a los incapaces.
La técnica de producción es de tradición o costumbre y varía de artesano en artesano, la destreza es más una facultad humana que tecnológica. Las relaciones industriales son de largo plazo, incluso heredables. Los factores productivos son univalentes y básicos. La mano de obra también es monovalente o univalente basada en oficios integrales. La tecnología es mínima y hay poca tecnología toda ella de tipo mecánica. La capacitación se da en el taller sobre la marcha, y los oficios se aprenden y reconocen por mérito. El peonaje es libre y lentamente el destajo es sustituido por la proletarización de la mano de obra. El empresario es independientes, dueño de su empresa.En este esquema la mano de obra no observa movilidad alguna, es una producción muy local. Por otra parte, bajo la óptica liberal se concibe al trabajo como objetivo, esto es, como una actividad creadora o transformadora de bienes tangibles. Hay un concepto del trabajo como una actividad dignificadora. En este esquema las principales actividades económicas son propias del sector primario, y la transformación es rudimentaria: manufacturas calificadas como artesanales. Por ello la vocación industrial primaria le confiere a la comunidad su carácter rural, de hecho la producción es dominantemente rural y el comercio se concentra en las localidades grandes donde inicia lo urbano, el desarrollo urbano es incipiente. El proceso de producción subsume a la circulación y la regulación del Estado en toda transacción económica es nula, solo existe el carácter punitivo ante el robo, el engaño o el incumplimiento. Es la era de la displicencia productiva.Hasta aquí están citadas todas aquellas características que en el régimen de producción artesanal están dominadas por la empresa, ahora deben revisarse aquellas que fuera de la esfera de la producción las domina el mercado, la esfera de la circulación.Debe considerarse que el mercado de la empresa es local, o en su caso regional, pero no tiene un alcance nacional, mucho menos internacional. En el mercado domina la competencia casi perfecta pues el productor normalmente es un tomador de precios, y en el caso de las factorías más grandes se tienen mercados oligopólicos, pero solo para el caso de empresas que rebasan el mercado local y llegan a lo regional. En el mercado laboral domina el trabajo doméstico y a domicilio. La especialización de la producción es en razón de atender las necesidades más básicas y fisiológicas de la existencia humana lo que le da un carácter muy objetivo tanto a la producción como a la circulación.